Sobre Mi
Mi nombre es Marc Andrés Siu, he decidido emprender mi vocación como etólogo y adiestrador para poder ayudar a todas aquellas familias que tienen problemes con sus mascotas tanto dentro como fuera del hogar.
Soy observador, sensible e intuitivo y ha sido a partir de estas cualidades que he llegado al campo de la etología. Además son las cualidades que todo especialista en el campo debería tener.
Me he formado con Enric Bruch que es el director, etólogo y adiestrador de los perros de rescate de la Cruz Roja. Su formación está avalada por la Generalitat de Cataluña e impartida por la Real Sociedad Canina de Cataluña (RSCC).
Mi servicio de adiestramiento está basado en la etología y prácticas basadas en el refuerzo positivo adaptadas al carácter del animal. Con número de registro 1917/Cat/122023 y licencia profesional para desarrollar las actividades de adiestramiento canino con técnicas de aprendizaje y obediencia:
UC1741_2 / UC1242_2 / UC1744_2 / MP0568
Adaptado a la cualificación profesional y aprobado por el Real Decreto 1037/2011 del 15 de Julio (BOE Nº 209)
Mi Historia
Desde pequeño he tenido una habilidad nata para comunicarme y sentir empatía por otros seres vivos. Sin embargo, hasta los 19 años, no tuve la oportunidad de empezar a introducirme dentro del mundo animal. Por casualidades de la vida, estuve asistiendo a los partos y a todo el proceso de crianza de tres camadas. De las cuales, dos de ellas pertenecían a una hembra pit bull terrier la cual era completamente sorda. Mi principal tarea era evitar el aplastamiento de las crías por parte de la madre. El carácter bruto de la madre y su minusvalía total auditiva, hacía la combinación perfecta para que, al mínimo reacomodamiento, un cachorro terminara bajo todo el peso de la madre y ésta misma no se diese cuenta de la situación.
La mayor dificultad del trabajo fue estar pendiente las 24h de la madre y de sus crías, poniéndome alarmas cada 20 minutos para poder atender las necesidades de todas las criaturas presentes. Así, durante un mínimo de 3 semanas por camada, hasta que los cachorros fueran lo suficientemente espabilados y fuertes como para no sufrir una asfixia involuntaria por parte de la madre. A pesar de las duras condiciones, al lograr el 100% de natalidad de la mayoría de camadas, obtuve una gran autosatisfacción y orgullo al haber colaborado en el crecimiento de estos seres tan entrañables.
Desde bien pequeño he tenido una habilidad nata para comunicarme y sentir empatía por otros seres vivos. Sin embargo, hasta los 19 años, no tuve la oportunidad de empezar a introducirme dentro del mundo animal. Por casualidades de la vida, estuve asistiendo a los partos y a todo el proceso de crianza de tres camadas. De las cuales, dos de ellas pertenecían a una hembra pit bull terrier la cual era completamente sorda. Mi principal tarea era evitar el aplastamiento de las crías por parte de la madre. El carácter bruto de la madre y su minusvalía total auditiva, hacía la combinación perfecta para que, al mínimo reacomodamiento, un cachorro terminara bajo todo el peso de la madre y ésta misma no se diese cuenta de la situación. La mayor dificultad del trabajo fue estar pendiente las 24h de la madre y de sus crías, poniéndome alarmas cada 20 minutos para poder atender las necesidades de todas las criaturas presentes. Así, durante un mínimo de 3 semanas por camada, hasta que los cachorros fueran lo suficientemente espabilados y fuertes como para no sufrir una asfixia involuntaria por parte de la madre. A pesar de las duras condiciones, al lograr el 100% de natalidad de la mayoría de camadas, obtuve una gran autosatisfacción y orgullo al haber colaborado en el crecimiento de estos seres tan entrañables.
Al poco tiempo me apunté y aprobé las formaciones necesarias para auxiliar técnico en quirófano y auxiliar clínico veterinario. Pasando por un par de clínicas veterinarias de pocos escrúpulos (sin querer desprestigiar el gremio, no todas son así). Finalmente, en la Bisbal d’Empordà, encontré la clínica Bisvet. Que son gente de gran corazón y más comprometidos con el bienestar de los animales que de sus bolsillos. Lamentablemente, en ese momento, no pudieron contratarme más de media jornada. Pero ya me fue bien, ya que no quería que mi formación y experiencia terminarán allí. Así, busqué y encontré un trabajo temporal a media jornada en un centro de adiestramiento y criadero canino, limpiaba a la vez que observaba las clases a particulares que impartía mi jefe.
Cuando terminó el contrato ocupe el hueco con otra media jornada, pero esta vez en una hípica orientada en la doma natural. Cumpliendo el puesto de trabajo de mozo y cuidador ecuestre, descubrí la gran nobleza y belleza al desarrollar un vínculo personal con varios caballos.
En dicha hípica, había varios perros que solían seguirme durante el desempeño de mis funciones. Pero sobre todo me hacía gracia Nala, una gata gris atigrada preciosa y muy cariñosa la cual también me seguía. Allí empecé a interesarme por el mundo felino y la convivencia multiespecie. Así que, en mis ratos libres, empecé una formación online de etología felina.
Decidido y fascinado por el mundo de la etología, una vez finalizada la formación online, me tomé un tiempo sabático para formarme y convertirme en todo un profesional de la etología. En Manresa, encontré una formación avalada por la Generalitat de Cataluña e impartida por la Real Sociedad Canina de Cataluña (RSCC). Mi mentor, Enric Bruch, no es menos que el director de los perros de rescate de la Cruz Roja. Sin duda, un hombre intuitivo, vocacional y con muchísima experiencia del cual pude empaparme de todo tipo de vivencias y conocimientos.
Hoy en día, me atrevo a montar mi propio centro de adiestramiento basado en la etología. Con número de registro 1917/Cat/122023 y con licencia profesional para desarrollar las actividades de adiestramiento canino con técnicas de aprendizaje y obediencia:
UC1741_2 / UC1242_2 / UC1743_2 / UC1744_2 / MP0568
Adaptado a la cualificación profesional y aprobado por el Real Decreto 1037/2011 del 15 de Julio (BOE Nº 209).
Además, tengo el gran orgullo de presumir una maravillosa familia multiespecie, de momento, compuesta por tres felinos, un cánido, mi pareja y yo. Donde mis conocimientos han sido claves para poder desarrollar una convivencia en armonía, relaciones positivas basadas en el respeto y la comprensión mutua.